Muchas de las personas que toman roles de liderazgo suelen tener buenas intenciones aunque en el camino, y de cara a los empleados eso a veces no sea tan evidente. Por ello, son muchos los jefes que se sienten perdidos, sin saber cómo pasar de ser un #TipicoMalJefe a un verdadero y buen líder. Por eso, nos preguntamos, ¿y si en lugar de sólo sumarnos a la crítica destructiva, damos un paso hacia adelante y apostamos por todos aquellos que saben que deben cambiar, pero desconocen cómo empezar?.
Decidimos seguir la segunda opción, por lo que hemos preparado una serie de recomendaciones para ellos:
Intégrate
Un jefe que no se interese por la gente que conforma su equipo, a nivel humano, tendrá problemas desde el principio. No se trata de volverte confidente o psicólogo, sólo recuerda siempre que son personas, no máquinas ni números. Tómate el tiempo de conocerlos y mantener reuniones con cada uno, escúchalos con verdadera atención.
Impulsa:
Reconoce el talento de cada persona, todos quieren crecer profesionalmente y mejorar sus competencias, si eres capaz de darte cuenta de quién está estancado y ayudarlo a desarrollar su potencial, seguro ya no serás un #TipicoMalJefe
Inspira:
Por lo general, la gente suele resistirse a los cambios, pero una empresa sin innovación, tarde o temprano morirá. Por ello, debes alentar los cambios, motivar a tu equipo a reinventarse cada vez que sea necesario y para eso, tú debes ser el primero en creer que esos cambios, de verdad, funcionaran.
Retroalimentación:
Reconoce los logros de tu equipo, y felicítalos cuando lo merezcan, al mismo tiempo desarrolla tu habilidad para manejar las verdades incómodas; la gente talentosa prefiere un comentario honesto y no una mentira piadosa, si algo está bien; dilo, si no lo está; también dilo.
Delega:
Cuando lo haces, dejas en claro que confías en las capacidades del otro. Dales la oportunidad de mostrarte y mostrarse a sí mismos que pueden tomar decisiones importantes aunque tú no estés, así se forman los equipos más autónomos y eficientes.
Capacítate:
Nunca dejes de aprender y ampliar tus conocimientos y experiencias tanto profesionales como personales. Rompe con el viejo dicho de “el que sabe, sabe y el que no… es jefe”. Da el ejemplo y sé alguien a quien imitar, pero cuida de no querer “parecer” más de lo que en verdad eres, sé humilde y cercano.